Aprende cómo elegir el aceite adecuado para tu auto

• Reduce la fricción entre las partes móviles, evitando un desgaste prematuro de los componentes mecánicos.

• Actúa como refrigerante al mantener la temperatura del motor bajo control al reducir la fricción.

• Previene la corrosión y mantiene el motor limpio al atrapar los residuos en el filtro.

La importancia del aceite para el funcionamiento del motor es tal que siempre se debe verificar su nivel. Además, debido al desgaste y la acumulación de suciedad, es necesario cambiar el aceite de forma periódica como parte del mantenimiento del vehículo.

¿Cuándo se debe cambiar el aceite del coche?

Lo más recomendable es seguir los intervalos de cambio establecidos por el fabricante de cada vehículo como referencia. Sin embargo, también es importante considerar el tipo de aceite que utiliza tu automóvil.

Tipos de aceite para coches:

Aceites minerales: Son resultado directo de la destilación del petróleo. Si utilizas un aceite mineral, se recomienda cambiarlo al menos una vez al año, incluso si no has alcanzado el kilometraje recomendado por el fabricante.

Aceites sintéticos: Estos aceites se someten a un proceso de transformación en laboratorio a partir de una base destilada y refinada, hasta que alcanzan características específicas. Tienen la ventaja de ofrecer una mayor protección al motor y mantener sus propiedades estables durante más tiempo. Aunque su vida útil es mayor, no se deben utilizar por más de dos años.

Si tuviéramos que elegir entre ambos, el aceite sintético siempre es la mejor opción, ya que su uso permite proteger mejor el motor. Aunque su precio es un poco más elevado, sus beneficios superan esa diferencia.

¿Cuál es el mejor aceite para tu coche?

De todas las propiedades del aceite, la más importante es la viscosidad, que se refiere a la resistencia que ofrecen las moléculas del aceite al fluir. No debe confundirse con el índice de viscosidad, que indica cómo varía la viscosidad en función de la temperatura.

Los buenos aceites para coches deben ser fluidos a bajas temperaturas para adherirse a las superficies metálicas cuando el motor está frío, desde el momento del arranque. Al mismo tiempo, deben mantener una viscosidad adecuada cuando se calientan, evitando que se vuelvan demasiado líquidos y escurran fácilmente.

Al comprar una lata de aceite, puedes observar que aparecen letras, indicando el tipo de compuesto (monogrado o multigrado), así como los grados de viscosidad. Los aceites multigrado tienen la viscosidad de un monogrado 15 a baja temperatura y un monogrado 40 a alta temperatura, gracias a los componentes especiales que los componen, evitando que el aceite sea demasiado denso en invierno y muy líquido en verano.

Las letras y números sirven para clasificar el aceite según los estándares de la SAE (Sociedad de Ingenieros Automotrices) y la API (Instituto Americano del Petróleo). El SAE define el grado de viscosidad del aceite. Normalmente, se muestran dos cifras: la primera se refiere a la viscosidad en frío (a -18 °C), y la segunda a la viscosidad en caliente (a 100 °C).

Si el libro de mantenimiento de tu coche indica un aceite 20-40, por ejemplo, es posible reducir la primera cifra en ocasiones para mejorar el arranque en frío, lo que permite una mejor distribución del aceite. Sin embargo, nunca se debe aumentar la primera cifra, ya que podría no fluir lo suficientemente rápido a bajas temperaturas.

En cuanto a la segunda cifra, no conviene que sea más alta ni más baja que la recomendada por el fabricante, porque podría afectar el rendimiento del motor en condiciones de máxima exigencia.

Para aquellos que no son expertos, siempre es conveniente llevar el coche a un taller donde realicen el cambio de aceite adecuadamente y reciclen el lubricante usado. También es recomendable reemplazar los filtros en cada cambio, ya que si no se hace, el aceite pierde sus propiedades más rápidamente y no cumple correctamente su función.

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