¿Cómo es la devaluación de un auto eléctrico?
Los autos eléctricos se han convertido en una opción muy deseada por quienes buscan adquirir un vehículo nuevo, ya que no solo ofrecen tecnología avanzada y eficiencia, sino que también permiten a los conductores reducir significativamente la contaminación de su medio de transporte.
El principal problema de los autos eléctricos es su elevado costo, lo que hace que muchos compradores potenciales consideren la opción de adquirir un vehículo eléctrico usado. Sin embargo, antes de tomar esa decisión, hay muchos puntos a tener en cuenta, ya que no todos los autos seminuevos ofrecen las mismas garantías.
Actualmente se encuentran muchas opciones de autos eléctricos seminuevos en el mercado, lo que puede hacer más accesible su compra. Cabe destacar que muchos de estos vehículos pueden perder hasta la mitad de su valor en solo un año, esto puede representar una ventaja económica para los compradores de segunda mano.
Es muy conocido que en general los autos pierden un gran porcentaje de su valor con sólo salir de la agencia, esto sucede principalmente en los vehículos de gran valor, como es el caso de los autos eléctricos.
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Si tienes la intención de conservar un auto eléctrico durante un largo período de tiempo, la depreciación no debería ser una preocupación significativa. Al mantener el vehículo y utilizarlo durante toda su vida útil, los costos iniciales pueden equilibrarse con los ahorros en combustible y mantenimiento.
En cambio, si tu objetivo es revender el auto en pocos años, la depreciación sí puede afectar considerablemente, ya que el precio de reventa será mucho más bajo de lo esperado, lo que podría no ser una transacción favorable para el vendedor.
Los autos eléctricos tienen una vida útil promedio de entre ocho y diez años, en gran parte debido a la durabilidad de las baterías, que son el componente clave de estos vehículos. Los fabricantes suelen ofrecer garantías de hasta 8 años para las baterías, asegurando que durante ese tiempo, si surge algún problema, estará cubierto por la garantía. Después de ese período, es posible que la capacidad de la batería disminuya, lo que puede afectar el rendimiento del vehículo.
Un estudio realizado por Black Book reveló que los autos eléctricos se devalúan a un ritmo más rápido que los vehículos de combustión interna. En promedio, un auto eléctrico pierde el 51% de su valor en tan solo tres años, lo que lo convierte en una opción menos atractiva para aquellos que buscan vender su vehículo a corto plazo.
Esta rápida depreciación puede deberse a la innovación constante en tecnología de baterías y el lanzamiento frecuente de nuevos modelos en el mercado. Según el mismo estudio de Black Book, la comparación de precios en el mercado actual de autos eléctricos puede ser compleja debido a las fluctuaciones constantes en este sector.
Los avances tecnológicos y la creciente competencia están reduciendo continuamente los precios de los vehículos eléctricos. Además, se predice que los precios de los autos eléctricos seguirán bajando en los próximos años, lo que complicará aún más la tarea de prever el valor de un auto eléctrico en el futuro.
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Otro estudio realizado por Wired en el Reino Unido demostró que los autos eléctricos pierden hasta el 50% de su valor en el primer año de uso. Este nivel de depreciación tan acelerado es significativamente más alto en comparación con los vehículos de combustión interna y refuerza la idea de que, a corto plazo, los autos eléctricos pueden no ser la mejor opción desde el punto de vista económico para aquellos que buscan vender el vehículo después de unos pocos años.
En específico los vehículos estudiados fueron el Audi e-Tron GT, que perdió el 49% de su valor en sólo 12 meses. El Ford Mustang Mach-E y Polestar 2 perdieron el 52% de su costo inicial en este mismo periodo.
Otros modelos que también se revisaron fueron el ya conocido Tesla Model 3 el cual perdió el 45% de su valor, Porsche Taycan se depreció un 49% mientras el Hyundai Ioniq 5 perdió el 50% de su valor inicial. Un caso particular fue el Mercedes EQE, el cual perdió la mitad de su valor tan sólo en 2 meses.