Estrategias para hacer un presupuesto

Aug 26, 2019

Por: Equipo Editorial Resuelve tu Deuda

Hacer un presupuesto y mantenerlo son actividades necesarias para lograr unas finanzas personales sanas. Aunque reconocemos la importancia de tener una buena relación con nuestro dinero y procuramos no caer en deudas, pocas veces nos enfocamos en contar con mejores estrategias y herramientas para administrar nuestros recursos adecuadamente.

Aprovechando que agosto es el Mes del Presupuesto, en esta ocasión hablaremos de cómo mantener un control de los ingresos y gastos, y descubriremos de qué manera equilibrar nuestro consumo diario.

¿Qué es el presupuesto?

Cuando hablamos de presupuesto nos referimos al dinero que calculamos para soportar cierto gasto. Esto se plantea como el límite ideal que no debemos superar. De lo contrario, nos arriesgamos a sacrificar recursos destinados a otra área para cubrir la diferencia o bien, utilizamos un préstamo y corremos el riesgo de caer en deudas.

Esta planeación se considera básica para colocar metas de ahorro. Es decir, si conocemos cuánto dinero gastamos al mes, entonces tendremos mayor certidumbre en el tiempo y la cantidad que necesitamos para salir de vacaciones el próximo año, abrir un negocio, conseguir un automóvil, comprar una laptop o estudiar un posgrado, entre otros.

Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF, 2018) 65% de los mexicanos no hace un presupuesto y, entre quienes sí lo realizan, 6 de cada 10 lleva el control de manera mental. Tomando en cuenta que, según Resuelve tu Deuda, la mala administración financiera es la principal razón del sobreendeudamiento, se ve la importancia de mantener un control de gastos adecuado para evitar problemas económicos.

¿Cuáles son las partes de un presupuesto?

Aunque la planeación para hacer un presupuesto puede ser relativamente fácil, es necesario identificar las partes que lo integran. En una buena administración de nuestro dinero tenemos:

Ingresos

Nos referimos a todo el dinero que llega en un periodo determinado. Generalmente se plantea como el salario mensual, pero éste podría no ser la única fuente de riqueza. Para evaluar correctamente tus recursos, rastrea bien de dónde obtienes tus ingresos. Puede ser tu trabajo, inversiones, bonos de productividad, un préstamo familiar, una renta, etc.

Gastos

Aquí va todo los que compramos o contratamos. Es toda transacción en la que ocupas tus ingresos. No siempre nos referimos a la adquisición de un producto, también puede ser el pago de una deuda o de un servicio. Para que sea más sencillo, esta parte se subdivide en otras dos categorías:

Fijos
Esto incluye los que se hacen con regularidad y cuya importancia generalmente es vital para el desarrollo de nuestra vida diaria. Aquí incluimos a la renta, alimentación, educación, transporte, salud, etc.

Variables
Como su nombre lo indica, la cantidad que necesitamos para cubrirlos puede ser irregular y, por lo tanto, generalmente no son gastos tan indispensables para nuestra manutención. Aquí hallamos a las compras de entretenimiento.

Metas

Es ponerle un nombre al ahorro. En lugar de que acumular dinero sea únicamente una parte de tu presupuesto, es más relevante identificar qué y para qué se está juntando. De esta manera podrás focalizar lo que quieres y eso te ayudará a no perder tu rumbo.

¿Cómo hacer un presupuesto?


Ahora que ya conoces las partes que integran este control de tus gastos, sigue alguna de estas estrategias para hacer un presupuesto según te resulte más fácil.

Regla del 70/30

Aquí debes tomar tus gastos más importantes, como la vivienda, salud, educación y transporte, y destinar el 70% de tus ingresos para cubrirlo. El resto de tu dinero se asignará al pago de deudas, entretenimiento y ahorro. La proporción al interior de ambos grupos depende de ti, pero es importante conservar esta división para evitar un desajuste en tus finanzas.

Regla del 50/30/20

Para tener éxito en esta estrategia necesitas reducir tus gastos fijos para que los puedas pagar con la mitad de tu salario. La otra mitad se dividirá en un 30% para gastos flexibles y un 20% para tus metas financieras. Como ves, aquí se le da un peso importante a esos gustos que a veces nos dejan en números rojos, pero todo presupuestado y sin poner en riesgo otros gastos esenciales.

Regla del 80/20

Para quienes prefieren mantener un balance simple, esta forma de hacer un presupuesto nos deja gastar el 80% del dinero y ahorrar el restante. A pesar de que parece menos estricta con respecto a cuánto debe ir a gastos fijos y variables, lo importante es que a menos restricciones sea más fácil seguirla y asegurar un monto para otras metas.

¿Cuáles son las consecuencias de no hacer un presupuesto?

Como podrás imaginarte, carecer de un control en nuestros gastos no solo impide que alcancemos las metas financieras, sino que podríamos correr el riesgo de adquirir deudas impagables. Tomando en cuenta que, según Resuelve tu Deuda, el impago en créditos se ubicó en 135 mil pesos durante el 2018, nada mejor que hacer un presupuesto para evitar problemas futuros.