La verdad sobre conducir en punto muerto
El punto muerto en los vehículos con transmisión estándar y hasta automática, es motivo de muchas historias por parte de algunos conductores. Desde aseverar que al circular en esta condición ahorramos combustible hasta sugerir averías si lo utilizamos, existen muchos mitos alrededor.
Aunque no hay evidencia clara de algunos de los beneficios citados y tampoco de los prejuicios, los mitos se siguen compartiendo entre conductores y de generación en generación. Pero ¿qué hay de cierto en estas afirmaciones?, eso intentaremos resolver en esta entrada, además de clarificar otros mitos.
¿Qué es el punto muerto?
En primer lugar expliquemos qué es el punto muerto de un auto. Una definición técnica del punto muerto es aquella donde la palanca de velocidades se coloca de modo que no se transfiere movimiento entre los discos de la caja de cambios.
Muchas personas piensan que el punto muerto sólo se presenta en las transmisiones manuales, sin embargo, los vehículos automáticos también pueden presentar esta característica. El hecho es simple, cualquier punto en donde no se transmite el movimiento del motor a los discos de la transmisión, se considera un punto muerto.
En resumen podemos definir al punto muerto como un motor encendido y funcionando con normalidad pero el mismo no transmite ningún movimiento o potencia a las ruedas del vehículo. Usualmente se debe a que no se ha seleccionado ninguna velocidad o marcha.
¿Para qué sirve el punto muerto?
Si esta condición de la transmisión no genera ningún movimiento, entonces ¿para qué sirve? Simplemente se trata de una condición de cualquier motor de combustión interna, además tienen varias funciones.
La razón más común es para permitir el movimiento del vehículo con el motor apagado y evitar que los discos y engranes se traben. También sirve para detener el vehículo pero sin apagar el motor, ya sea porque retomamos nuestro camino en poco tiempo o incluso porque queremos ver el funcionamiento del motor.
También es muy común que los conductores coloquen el punto muerto en los semáforos para no tener el pie en el clutch todo el tiempo. De esta forma el vehículo se mantiene encendido y podemos colocar el freno de mano.
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Mitos y verdades del punto muerto
Como te podrás dar cuenta el punto muerto se utiliza mucho al conducir en ciudad o carretera y es precisamente este uso constante el que ocasiona muchos mitos a su alrededor. Ahora toca el turno para develar los mitos y reafirmar algunas conclusiones ciertas a las que han llegado los conductores.
Mitos del punto muerto
El mito más común es asegurar que al conducir en punto muerto se ahorra combustible, es decir los conductores utilizan la inercia de la aceleración para avanzar unos metros más. O bien colocan el vehículo en punto muerto para bajar por pendientes.
La razón para echar por abajo este mito es el llamado ralentí, es decir ese punto en donde el motor tiene un periodo de nulas o bajas revoluciones ocasionadas por estar en punto muerto. En el ralentí, el consumo de combustible es bajo, .5 litros por hora aproximadamente. Pero la gran sorpresa es descubrir que si mantenemos la marcha, el consumo sería nulo.
Expliquemos un poco más este punto. Si descendemos por una pendiente, serán las ruedas las que mueva nuestro vehículo ayudados por la gravedad, el motor no deberá trabajar ocasionando que el consumo sea nulo.
Aquí es necesario mencionar recientes sistemas con cambios automáticos, además de la transmisión. Esta tecnología activa el modo conducción vela, en donde se desconecta la transmisión; en estos casos sí podríamos hablar de un descenso en el consumo de combustible.
Verdades del punto muerto
La verdad puede ser más dura de lo esperado y es que lo cierto del punto muerto es que al utilizarlo perdemos el control del vehículo. Al bajar una pendiente en punto muerto el vehículo se moverá por inercia y puede aumentar su velocidad rápidamente.
Si prestas atención la próxima vez que desciendes una pendiente podrás notar que si mantienes una velocidad seleccionada, el vehículo no acelera de más. Esto se debe a que el motor frena el movimiento de las llantas de forma gradual.
Si tu solución es utilizar los frenos del auto para desacelerar el auto, también te tenemos una mala noticia. Con un vehículo acelerando constantemente y sin ayuda del freno de motor, el esfuerzo que harán las pastillas de los frenos será muy abrupto y si el esfuerzo se mantiene varios minutos el desgaste de los frenos es considerable.
Por último, pero no menos importante, usar mucho tiempo el punto muerto del auto, reduce la lubricación del motor. Si esta situación la combinamos con una aceleración repentina, la fricción de las piezas metálicas del motor sin una correcta lubricación, seguro genera averías.
En conclusión, te recomendamos utilizar el punto muerto del auto sólo para ocasiones donde debemos detener el vehículo y no queremos apagarlo, como al detenernos en semáforos y si estamos en un tránsito abundante.
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