¿Existe alguna marca de autos mexicana en la actualidad?
¿Alguna vez te has preguntado por qué no existen marcas de autos mexicanas? Si bien en México hay más de un centenar de marcas de autos de todos los países como Japón, Estados Unidos, Italia, España, Alemania entre otras, no existe una sola marca de autos nacional.
Hablamos de marcas de autos de venta a gran escala pues sí que existen algunas marcas de autos mexicanas pero abarcan en un sector del mercado muy limitado. Por ejemplo, está Mastreta, enfocada a vehículos deportivos, la cual en sus inicios sí tenía contemplado fabricar automóviles ligeros de pasajeros a gran escala, sin embargo debido a problemas financieros, nunca logró este objetivo.
Más reciente tenemos a Zacua, una compañía de vehículos eléctricos que tiene en su catálogo dos modelos fabricados y ensamblados en nuestro país. No podemos dejar de mencionar el reciente anuncio de Olinia, un vehículo también eléctrico presentado por el actual gobierno del país.
En México se ensamblan vehículos de General Motors, Volkswagen, Nissan, Ford, incluso compañías como Tesla o la china BYD, se han planteado construir plantas armadoras en nuestro país.
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Este amplio catálogo de marcas que fabrican sus vehículos en México hace pensar que nuestro país cuenta con la mano de obra calificada y la infraestructura necesaria para tener su propia marca de autos.
Tal vez la respuesta corta del porqué México no tiene una marca de autos propia es que no existe un interés comercial real para crear una marca propia, incluso puede haber intereses privados que no ven un beneficio económico en poco tiempo.
Las marcas de autos mexicanas que han existido
Empresas como Willys Mexicana y DM Nacional fueron de las primeras en intentar fabricar un vehículo mexicano gran escala. Durante los años 50 y 60 estas empresas ensamblaban vehículos de varias marcas extranjeras y al mismo tiempo crearon el primer auto mexicano al que nombraron como “El Nacional”.
Se fabricaron alrededor de 100 unidades las cuales se vendían por $52,000 pesos de aquella época. El vehículo se comercializaba a pedido, por lo que muchos de los acabados eran a petición del cliente.
Pese a la buena calidad del vehículo y un precio competitivo, nunca logró despegar en el mercado nacional debido en gran medida a la enorme competencia que representaban las ya posicionadas marcas extranjeras como Volkswagen.
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El caso de Borgward y Willys Mexicana
Empresarios mexicanos compraron Borgward, una marca de autos alemana. Toda la infraestructura así como varios planes de diseño fueron traídos a México para iniciar la primera armadora nacional.
Desde la materia prima para la fabricación de las autopartes y la mano de obra, eran mexicanas. Aquí el problema fue que los modelos fabricados por esta empresa no fueron del agrado de los nacionales pues consideraban a estos modelos faltos de tecnología y con diseños atrasados; de esta forma en poco tiempo la empresa se declaró en bancarrota.
Willys Mexicana en conjunto con el Gobierno mexicano también lanzaron una línea de ensamblaje y construyeron el Van Lerma, un auto 100% mexicano. Sin embargo, el precio de este vehículo era demasiado elevado, comparable con vehículos de lujo de aquella época. La falta de ventas junto con una crisis económica terminaron por extinguir este proyecto.
En términos generales las marcas mexicanas de autos no han podido despegar pues se enfrentan a un mercado ya muy competido. Además existe una gran desconfianza entre los consumidores nacionales y extranjeros lo que impacta directamente en sus ventas y en su capacidad de sostenerse.
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